martes, 9 de mayo de 2006

La confianza

Probablemente lo que más le duele a cualquier persona es que alguien traicione su confianza. Las traiciones pueden ser grandes o pequeñas, nimias o trágicas, culpable o inocentes, pero en cualquier caso, en TODOS los casos duelen. Muchas veces no nos damos cuenta de que traicionamos. Simplemente, hacemos cosas cuyas consecuencias están más allá de lo que podemos ver. Pero la peor traición de todas es la traición que no es traición. Ésa es la que más duele porque además de sentirnos traicionados sabemos que no tenemos derecho a sentirnos así. Cuando los demás no cumplen nuestras expectativas o deseos, cuando viven su vida como quieren sin darnos explicaciones, cuando nuestros planes no se cumplen porque las personas para los que las hemos hecho no reaccionan de la manera que esperamos, nos sentimos traicionados. Cuando los demás no sienten por nosotros lo que nosotros sentimos por ellos, cuando nuestros amigos confían más en otros amigos o nuestras parejas se relacionan de forma normal con otras personas nos sentimos traicionados y culpables. Eso es lo peor de todo, que sabemos que no tenemos derecho a sentirnos así. Pero lo sentimos.
Por ello, debemos mirar a cada persona siempre sin prejuicios. Ni buenos ni malos. La mejor persona del mundo puede cometer un error o simplemente no actuar de forma que nosotros esperamos. No debemos esperar nada de la gente. Debemos recibir y dar en la medida de lo posible, pero no anticipar la reacción del otro. Vivir en absoluto presente, sin cargas del pasado ni planes para el futuro.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

MUERTE EN EL OLVIDO

Yo sé que existo
porque tu me imaginas.
Soy alto porque tu me crees
alto, y limpio porque tú me miras
con buenos ojos,
con mirada limpia.
Tu pensamiento me hace
inteligente, y en tu sencilla
ternura, yo soy también sencillo
y bondadoso.
Pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie
lo sepa. Verán viva
mi carne, pero será otro hombre
-oscuro, torpe, malo- el que la habita...


ya sabes lo que dicen, somos lo que los demás nos ven... porque hay cosas que prefiero no olvidar, gracias por hacermelas recordar

Anónimo dijo...

Vaya una maravillosa. Está escrito de forma tan sensible que a uno se puede hacer llorar. Además no es facil reconocer que si las cosas no van como quisimos no siempre hay algo a lo que podemos echar la culpa. La vida siempre trae sorpresas, sean buenas o malas. Tenemos que intentar estar positivo sin hacernos demasiada esperanza.