Hace unos días, recibí, como seguramente muchos de vosotros, un email en el que se contaba la historia de un soldado de juguete secuestrado por las milicias iraquies.
Un chico de 20 años se disculpó al día siguiente de la publicación de la noticia por haber preparado el montaje, solo por diversión.
En un primer momento, no pude evitar sonreir al imaginarme las caras de los Altos Mandos del Pentágono, rugiendo a sus subordinados por no haber sido informados del secuestro de uno de los suyos. Despues, me reí abiertamente al imaginarme a toda la maquinaria logística del Ejercito Americano intentando adivinar quién podría ser ese tipo que aparece en la foto.

Sin embargo, la historia ha suscitado en mí dos reflexiones, una pública y otra íntima.
La primera, trata sobre la fiabilidad de los medios de comunicación de masas. Hoy en día resulta imposible saber de donde viene una noticia y cual es la verdadera historia que ésta esconde. Por lo tanto, deberíamos adoptar una actitud extremademente crítica sobre cualesquiera informaciones que estos medios nos brinden, normalmente, de forma tendenciosa e interesada.
La segunda reflexión, discurre sobre mi propia capacidad de crear información y mi tendencia a redactarla, adaptarla y adecuarla al público que la recibe o a la forma en la que la emito. Últimamente, me he dado cuenta de que cada vez que cuento una historia, siempre añado algún pequeño detalle de cuya veracidad quizás no estoy totalmente seguro, pero que aumenta, por ejemplo, la vis comica de la anodina anecdota hasta convertirla en una historia hilarante. A medida que pasa el tiempo, estos detalles suelen ganar más importancia y, hoy por hoy, en mi repertorio coexisten hirtorias que no son más que la Verdad y nada más que la Verdad, con otras en las que la Verdad ha sido sustituida por lo que podríamos llamar Verdad Poética, más interesante en cualquier caso que la original realidad mundana.
Ahora bién, si yo, en mi pobre alcance como comunicador, cometo reiteradamente estos atropellos, que debemos pensar de estos Entes, y me refiero a la Televisión, la Radio, los Periódicos, creados no solo para comunicar, sino para influir.
Creo que todos deberíamos reflexionar sobre ello.
4 comentarios:
qué way me parece tu reflexión. Te juro que ese mismo pensamiento sobre los medios de comunicación lo he tenido hace algún tiempo. qué curioso. Hablando de este tema con un amigo, puse como ejemplo una noticia de deportes que hace tiempo dieron en las noticias: Cañizares no iba al mundial o a no sé dónde porque se le rasgó el tendón del pie al caer sobre éste un tarro de colonia. Y yo pensé entonces, vaya mentira y vaya mentira más ridícula. No sé lo que pasaría a Cañizares. De hecho me importaba ni me importa una mierda. Lo que pasa que en ese momento me di cuenta de que, si los medios mentían en esa chorrada, realmente la poca verdad que nos contarán sobre aspectos más importantes y más aún habiendo movidas como el 11s, el 11m y Dios sabe qué. Bueno, que me pongo a traducir que no acabo.
Josmuan
leyendas rurales diría yo :)
Hola Jesus soy tu tio pepe no se si te acordaras de mi, pero lo que tu planteas es una verdad como un templo SOMOS UNAS MARIONETAS DE PAPEL EN MANOS DE EL CUARTO PODER, SALUDOS riquichi@wanadoo.es
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