"Estaba paseando por la ciudad cuando una pareja de mediana edad, se acercó y comenzó a dar vueltas a mi alrededor. Pasaron ante mí dos o tres veces, examinándome como si yo fuese un ser extraterrestre. Finalmente, la señora, vacilantes se acercó a mñi y me preguntó:
- Es usted, ¿verdad? ¿Es usted Groucho?
Asentí con la cabeza.
Entonces ella me tocó tímidamente el brazo y dijo:
- por favor, no se muera nunca. Siga viviendo siempre.
¿Quién podría pedir más?"
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